“Hoy el día ha amanecido lluvioso. No sé si es una
simple casualidad o mi estado de ánimo ha influido en mi percepción del mundo.
Hoy el día ha sido diferente a excepción de una cosa: mis ganas de seguir
contándote nuestra historia. Me han surgido mil y una ideas, y le he dado
vueltas a que contarte y cómo contártelo. Tengo claro una cosa, deseo que sea
todo y sea la verdad, pero no sé por dónde empezar.
Desde la última vez que te escribí, han sucedido
cosas. No muy relevantes de cara al futuro pero que siguen planteando dilemas
para nosotros. Pero no nos adelantemos y sigamos en donde estábamos. - ¿Me
quieres? - pregunta mi muchacho con temor. No ahondaré en la respuesta pero quiero
que dejes en el aire esta pregunta.
Me he tomado la libertad de seguir escudriñando en su
mente, con un atrevimiento adicional. He empezado a preguntarle acerca de sus
opiniones. Cada vez que la ve y que habla de esta chica, sus ojos se le
iluminan pero un velo de dudas sigue en su mente. Desde que la conoció ha
vivido algunos de los mejores momentos de su vida y a su lado a podido
encontrar a alguien con quien compartir sus intereses, sus aficiones, aquellas
que para tantos son raras pero que ella les da un valor especial. Ella ha
construido su ser con cada palabra, cada gesto y cada enojo. Ella lo ha
motivado a ser mejor y seguir volando. Ella lo destruyó en un momento, lo dejo
en medio de la nada, pero no lo dejó solo. Ella nunca salió de su mente, y
aunque se alejó de su vida no pudo hacerlo de su corazón. La vida transcurrió,
a veces sombría y a veces clara y como te lo había mencionado, el destino es
caprichoso y sus existencias, que nunca debieron separarse volvieron a
juntarse. Y si bien hubo personas de por medio, él nunca se ofendió, él nunca
reviró, el nunca dio su brazo a torcer, puesto que su mirada, una mirada de
ángel como él la llama, iluminaba sus días y la sola posibilidad de poder oír
su risa, su voz, sus historias le era suficiente para seguir amándola. Pero no
te puedo decir que era completamente feliz porque algo, o mejor, alguien le
faltaba.
Su percepción de amor es diferente, para él el amor
es egoísta y como sentimiento egoísta tiene muchos matices. Ese egoísmo iba con
él y la deseaba para él, para siempre, por siempre, pero sabía que ella es un
alma libre. Ella es la rosa más hermosa y cortarla supondría que se marchitara
y no se lo perdonaría. No sabía que pensar, no sabía qué hacer, no sabía que
decir. Cada pretexto, cada excusa para hablarle y pasar tiempo a su lado le era
válido, pero no te asustes, no fue obsesión. Su vida no giraba en torno a ella,
pero si era mucho más feliz a su lado. ¿Cuántos recuerdos? Miles me atrevería a
decir. Y te juro que deseó besarla, que deseó abrazarla interminablemente, que
creyó ver en sus ojos una chispa de amor por él, que la soñó y la pensó en
innumerables noches. Pero de la misma manera había miedo en su proceder. No
quería embarrarla, no quería ser rechazado, ni ser imprudente. No quería equivocarse.
Hoy yo me pregunto ¿qué hubiera pasado si se hubiera equivocado? Pero lo pasado
es pasado y no tiene marcha atrás.
¿Qué pasaría por la mente de su chica? Daría todo por
saberlo. Por saber que piensa ahora. Tengo instrucciones claras de custodiar la
puerta que encontré. He de cerrarla pero no sellarla. He de vigilarla con mi
vida porque sigue siendo uno de sus tesoros más preciados, y aunque por ahora
sigue cerrada, tengo la ilusión de volver a abrirla. Te confieso que el futuro
se ha tornado muy difuso. Que él es consciente de su situación actual, una
situación que lo hace feliz pero que tiene claro llegará a su fin. No sé
cuando, ni porqué, solo sé que llegará el momento en que esa historia terminará
y que se cerrará completamente, aunque no desea hacerla sufrir, porque no lo
merece, porque es especial, porque hoy es su presente y ante todo, eso se
respeta. Pero se cerrará a diferencia de la puerta de la que hoy soy guardián.
Si algún día, mi muchacho y tu chica estarán juntos, no lo sé. Lo dudo, aunque
me hace ilusión.
Te has preguntado alguna vez ¿Por qué el tiempo es
caprichoso? No lo sé y por eso he peleado con cronos. Te has preguntado alguna
vez ¿Por qué la vida no puede ser un poco más sencilla? Oh Arienes, hay grandes
interrogantes en la mente, en una mente que hoy habito y me ha servido de
guarida. Una mente que ha cambiado con el paso del tiempo pero que considero
sigue guardando la esencia, una mente que muta con la ocasión pero que al final
sigue siendo fiel a su estilo. Una mente que estuvo de vacaciones pero que ha
regresado para poner orden. Oh Arienes, te escribo para seguir contándote esta
historia de amor de toda la vida, una historia de la que solo conozco una
versión pero que me ha cautivado, una historia que no se qué final tenga y de
la cual no quiero que tenga final.
Siempre Tuyo.
MAGO ELMINSTER
I=-/I”
No hay comentarios:
Publicar un comentario