MIENTRAS TANTO…

Mientras tanto miles de fiestas se celebran, personas reunidas llenas de expectativas para el año que comienza celebran el cumplimiento de sus metas y discuten las nuevas que se proponen, el fracaso experimentado y como lo evitarán, disfrutan de la compañía de seres adorados entre familiares, amigos, novios, amantes, recién conocidos que quizás sean los nuevos compañeros continuos de un viaje por el nuevo año, o tal vez hay otros que permanecen en un rincón sumidos en la soledad de una noche que ya concluyó o la que ni siquiera notaron comenzar, o tal vez en esa misma soledad pero luego de que su noche se sellara con un par de abrazos y unas cuantas sonrisas.  Afuera estallan millones de cartuchos de pólvora y suenan con el más alto volumen un montón de canciones que la mayoría no se detienen a disfrutar sino que toman como protocolo social el acto de bailarlas con una sonrisa imborrable, acto seguido de cantarlas hasta que las cuerdas vocales no permitan más porque es obligatorio saber las letras independiente de gustos musicales, además de levantar tantas veces la copa como sea posible y atragantarse de licor aceptado de cualquier anfitrión, porque es una noche en la que todos son amigos.

La gente suele abrazar a todo ser vivo y decir “Feliz año” cumpliendo un record de abrazos, llenos de un verdadero cariño, sin sentimiento alguno, con devoción  ternura o pasión, con alegría fervor o temor, con ansiedad locura o simpatía, con rabia decepción o falsedad, quizás tan absurdos, aunque dicen por ahí que “necesitamos 4 abrazos al día para sobrevivir, 8 para mantener nuestro equilibrio emocional y 12 para recorrer el camino del crecimiento”, entonces es probable que la gente que suele celebrar un día como hoy haya recolectado tantos abrazos como para compartir conmigo tanta fortuna, ya que seguramente yo no supere los 4 abrazos esta noche. 

No sé a quién le escuché un día decir “el día comienza cuando yo me levanto” y pues hoy para muchos la noche no termina en el momento rutinario de dormir para descansar y mantenerse en forma, hoy suelen dormir cuando el sol ya queme la pupila, el licor haya hecho suficiente efecto para eliminar actuaciones conscientes, hasta que los pies no soporten más por la cantidad de horas bailando, y tal vez muchos terminen durmiendo en aquella escala del parque que cruzan cada mañana para ir al trabajo, en aquella silla donde acostumbran comer helado en tardes soleadas, bajo aquel puente que conecta con la biblioteca, o incluso tras aquellas rejas de la comisaría. Y luego despiertan con la sensación de haber cometido algún error, de haber tomado decisiones aceleradas, de haber arruinado las bonitas metas con las que comenzó la celebración, con la familia lejos, el bolsillo “pelao” y las deudas don más ceros a la derecha, sin  amigos, con el ojo “picho” y el muerto encima y unos pocos con la sensación de tener los problemas solucionados y la vida en mejores condiciones q antes dormir. 

Mientras tanto yo en cambio espero a que esta noche termine con el punto final de esta nota que a lo mejor no será pronto o más aún no estará bien ubicado, pues el infortunio pesa tras falta de conexión entre párrafos que han llegado después de viajar en mapas que despistan entre dos líneas de escrito y canciones apasionantes y que además de eso yo ando creyendo que por ser una lectora apasionada puedo llegar escribir algo que merezca ser leído. Mayor desventura es improbable lo que conlleva a un fracaso en mi escrito con respecto al objetivo inicial.